domingo, 27 de septiembre de 2009

Los que han sufrido la guerra del Líbano

De las noticias más repetidas en mi juventud eran las referidas a la guerra del Líbano. Fueron tan frecuentes durante años que las dos palabras: guerra y Líbano, llegaron a ser casi sinónimas.

Por la televisión, junto a los bombardeos, atentados, campos de refugiados, edificios agujereados, etc... se veían en las imágenes personas que vivían allí, que parecía que la guerra no iba con ellos, o al menos que no podían hacer nada más que “seguir viviendo”.




Con los años he conocido a varios libaneses, pero casi todos habían podido salir del país; y los que no lo hicieron, no quieren hablar de aquella época.

El otro día encontré esta novela “Niña de polvo”, primera novela de una escritora libanesa, Nathalie Abi-Ezzi.

Una primera novela que ha llegado a las librerías, y que no está acompañada de propaganda y glamour artificiales, me interesa siempre. Pero además, al leer la contraportada vi, con emoción, que se trata de la historia de una familia que vive en las afueras de Beirut durante la guerra, en los años 80; y la protagonista es una niña de 10 años, a través de cuyos ojos se ve lo que está pasando, en su familia y en su ciudad.

Sabía que me iba a gustar en cualquier caso, y así ha sido. Me parece que está muy bien escrita, aunque el tema es duro y la acción lenta (como corresponde a los que “esperan” en una ciudad en guerra), ayuda mucho a hacerse una idea cabal de cómo vive una familia en esa situación.

Esta historia responde exactamente lo que yo me preguntaba hace treinta años, cuando veía en la televisión esos libaneses que, a pesar de la guerra, “seguían viviendo allí”.

domingo, 20 de septiembre de 2009

El guardián entre el centeno

Lo leí hace muchos años. Casi lo tenía olvidado, pero lo he releído este verano y me ha vuelto a gustar mucho.

Me parece una obra maestra. En las críticas y comentarios que he leído se ve que tiene múltiples interpretaciones.

A mi me ha parecido un genial retrato de un adolescente; muy actual a pesar de los años transcurridos desde su publicación. Pienso que toca la fibra profunda de los pensamientos de una persona en esa edad, que cambia continuamente, que sufre las pasiones, que mezcla las ideas más perversas con deseos tiernos e infantiles. Todo dentro de un cuerpo que no se controla y que se siente profundamente incomprendido. Que ve la maldad de las cosas y personas, y las juzga con dureza, pero que es incapaz de hacer algo que suponga una cierta constancia.

Un día en la vida del protagonista. Tiene partes duras. Es de las pocas cosas escritas por J.D. Sallinger, que también tiene unos relatos breves excelentes.

He disfrutado volviéndolo a leer.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Un libro que irradia optimismo

"La última lección" es un libro peculiar, que escribió el autor, Randy Pausch cuando le diagnosticaron un cáncer en estado avanzado; se apoya en una conferencia que dio en la universidad de la que era profesor, poco después de ese diagnóstico.

En los últimos meses ha tenido tanta difusión, que probablemente ya lo conozcas, pero yo lo conocí hace poco por recomendación de una seguidora del blog, y me ha parecido que merece la pena difundirlo más.



Se puede estar más o menos de acuerdo con el modo de ver la vida del autor, pero no cabe duda de que Randy Pausch tiene una buenísima reacción ante el diagnóstico, que le facilita afrontar los meses que le quedan y tener otra visión lo que ha sido su vida.

Es un libro que trasmite buen humor, optimismo, ilusión, ganas de luchar, necesidad de la familia.... y un montón de cosas más.

Para el que tenga prejuicios ante este tipo de libros adelanto que no es un libro de autoayuda, ni una historia triste con moralina final.

Estoy seguro de que la mayoría disfrutará de la mayor parte del libro, y puedo decir que a mí me han servido muchas de las cosas que dice. Lo recomiendo totalmente.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Llévame contigo

"Llévame contigo" ha sido uno de los pocos libros que he leído este verano.

Me lo habían recomendado hace tiempo, pero es más bien gordo y no veía el momento.

Me ha parecido un libro interesante y la verdad es que tardé poco tiempo en leerlo porque me enganchó pronto.


Tiene una estructura un poco compleja, y en algunos momentos es un poco lenta, pero los personajes y la trama se van haciendo cada vez más cercanos.


La acción es actual y se desarrolla en Jerusalén (la ciudad de su autor, David Grossman).


Una protagonista es una adolescente que está tramando algo para sacar a su hermano, unos años mayor que ella, del mundo peligroso en el que se ha metido. En el camino pierde el perro que le acompaña habitualmente, que es recogido en la perrera del Ayuntamiento.


El otro protagonista es un chico joven que trabaja temporalmente en el Ayuntamiento, y es encargado de devolver el perro a su dueño.


Hay ideas sugerentes, personajes bien construidos, y crea una sombra de inquietud al entrever los turbios negocios que puede haber detrás de situaciones que parecen normales en una gran ciudad.

El desarrollo es duro, pero el final es bueno (creo que compensa avisar de que no acaba mal).


Pienso que puede no gustar a todo el mundo, pero a mi me ha gustado y me parece muy recomendable.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Dos relatos breves paradigmáticos

Hay algunos relatos breves que no deberían faltar en ninguna biblioteca que se precie.
Seguramente en la tuya tendrás unos cuantos.
Son libros estrechos que, a ojos de alguien poco culto o de los que valoran los libros por su tamaño o por los metros de estantería que llenan, serían libros indignos y de poco valor.

Poco a poco trataré de ir poniendo en el blog algunos de esos relatos. Admito sugerencias, como siempre.
En este caso -ya que son breves- voy a poner dos en esta misma entrada, aunque no tienen nada que ver uno con otro.

Uno es "El hombre que plantaba árboles" de Jean Giono.


Es maravilloso.


Y el otro os lo recomiendo porque se ha hecho recientemente una buena edición ilustrada, con motivo del bicentenario del nacimiento de Nikolai Gógol.

Se titula "El capote", y de él dijo Dovstoieski "Todos provenimos de "El capote" de Gógol".


Me parece importante este breve relato para comprender mejor muchas de las obras de los clásicos rusos.

¡¡Qué los disfrutéis!!!