No hay muchos testimonios publicados sobre la revolución comunista en Camboya entre los años 1975 y 1979, que dio lugar a la persecución y masacre que llevaron a cabo los llamados jemeres rojos. Sí que vi “Los gritos del silencio”, una gran película de Roland Joffé sobre este tema hace casi 25 años.
Por eso, al ver un libro de Asteroide titulado “El infierno de los jemeres rojos” no me resistí ni un minuto.
Aquella zona del sudeste asiático fue colonizada por Francia. Después de la descolonización, la influencia francesa y la inversión financiera de otras potencias occidentales fue grande y ayudó a la mejora económica del país, quizá sin preocuparse demasiado de la estabilidad social y política.
No es un libro político, pero no se puede obviar el asombroso parecido de esta revolución comunista con las de Rusia o China.
Se trata de construir una nueva sociedad, destruyendo la que había. Haciendo una nueva clase trabajadora y campesina, suprimiendo o reeducando a toda la población urbana para purificarlos de los conocimientos intelectuales y de otras enseñanzas y hábitos “burgueses”.
Todo esto dejado en manos de adolescentes y jóvenes, armados y adoctrinados en el odio, en la altanería, que actúan impunemente y sólo dan cuenta a sus jefes.
Camboya se convirtió durante tres años en un gigantesco campo de concentración, en el que murieron dos millones de personas, una cuarta parte de la población del país.
Denise Affonço, una vietnamita-francesa-camboyana, que vivió en Phonm Pem, sufrió el régimen de terror durante esos años, sobrevivió y reside actualmente en Francia, cuenta la historia de su propia supervivencia. El libro se basa en su testimonio escrito, que fue presentado en el juicio contra los líderes de los jemeres rojos que tuvo lugar una vez liberado el país por las tropas vietnamitas.
No hace falta mucho comentario. Os recomiendo leerlo. Es duro, lógicamente, pero ayuda a plantearse (o replantearse) muchas cosas.