martes, 13 de septiembre de 2011

Un libro duro, de guerra

Cada cierto tiempo leo algún libro bueno que me ayude a mantener mi antibelicismo. Porque pienso que la guerra es absurda.
Pero es evidente que parece inevitable que haya guerras, como se ha demostrado a lo largo de toda la historia de la Humanidad.
Me resulta imposible, ahora, ver romanticismo en una guerra. Entiendo que haya quien disfruta con las tácticas, estrategias, despliegues, armas, bombardeos... pero, ahora, soy incapaz de ver cualquier guerra sin pensar en muertos y heridos, familias rotas y personas humanas desechas física o emocionalmente quizá para siempre.

Y sin embargo, hay quien se apunta a la guerra voluntarimente con fervor y pasión, y no son necesariamente gente mala. Y hay quien va obligado pero se queda.
Si el tema de la guerra desapareciera de la literatura, sobrarían más de la mitad de las bibliotecas del mundo.

Todo este rollo para decir que he leido un libro que se titula GUERRA, y que cumple perfectamente ese papel de hacerte pensar "y todo esto para qué?".
Un periodista americano, Sebastian Junger, se ha pasado varios meses en un pequeño puesto avanzado del ejército americano en un valle de Afganistán cerca de la frontera con Pakistan. Convive día a día con una pequeña unidad de soldados, absolutamente expuesta a las armas de los talibanes, y que han tenido una media de bajas superior al 50 por ciento.
¿Y qué hace ahí ese periodista? es también una buena pregunta. Además hay un cámara y han grabado cientos de horas para hacer un documental impresionante que se titula Restrepo.
Pero la cuestión es que relata la vida diaria de esos chicos, con lo que él ve y con lo que ellos le cuentan, tensión y aburrimiento. soportar días tiediosos, tiroteos mortales, patrullas de las que se sabe que alguno no volverá, hambre y sed, recuerdos, noches sin dormir...
Pienso que en sí mismo tiene interés conocerlo. Para saber que está ahí, aunque sea absurdo.
Me ha parecido interesante su reflexión del porqué aguantan y vuelven. qué sienten hacia sus compañeros y por qué muchas veces no son capaces de reincorporarse a lo que nosotros llamamos "vida normal".

Un libro duro, no apto para todos, pero que gustará al que le vaya el tema por alguna razón, aunque sea, como yo, para seguir sin entender la guerra.

1 comentario:

Inmaculada dijo...

No tengo el ánimo para ponerme con un libro así, pero es cierto que los que no hemos rozado siquiera de lejos una guerra tenemos este medio como única forma de comprender lo que debe ser vivir en una situación así. Con eso y todo, después de tantos siglos de guerras constantes en el mundo, no sé si los libros tienen alguna fuerza para hacer razonar a los que las provocan. Yo estoy casi segura de que los que las organizan no tienen tiempo para leer. Saludos.