miércoles, 30 de junio de 2010

El libro que recomiendo para el verano

La primera que me recomendó "El tiempo entre costuras" fue mi propia madre, que a sus 79 años se lo leyó en pocos días.
Después una hermana me dijo que ella no lo había leído, pero que ya se lo habían recomendado varias personas.

Me ha parecido una estupenda novela y he disfrutado leyéndola.
Mezcla de costumbrista, histórica y de espías. Muy bien llevada, abundantemente documentada, con dosis justa de intriga, realismo y casualidades...
Los personajes son claros, varios de ellos apoyados en sus homónimos históricos.

La novela se desarrolla en los meses previos a la guerra civil española, contempla la contienda desde el protectorado de Marruecos, y regresa a Madrid y otros escenarios una vez acabada la guerra.

La protagonista es una chica joven, Sira Quiroga, que trabaja de aprendiza en un taller de costura y a la que esos conocimentos le servirán para salir adelante después de varios desengaños y decisiones equivocadas.

Es una asombrosa primera novela de María Dueñas. Tiene fuerza. En ocasiones hace alarde de documentación en cuestiones políticas de la época, pero sin tomar partido de modo claro.

Pienso que gustará a un amplio número de lectores de todo tipo. Se ha difundido sobre todo con el boca-oreja, sin campaña de publicidad.

Hay algunos que dicen que es literatura para mujeres, pero no estoy en absoluto de acuerdo en esto... aunque le dije a un amigo: "Estoy leyendo El tiempo entre costuras" y me contestó "pero es de una mujer, y además española..." desde luego, los que tengan estos prejuicios se perderán esta novela y otras muchas estupendas.

No te la pierdas en verano.

sábado, 26 de junio de 2010

El caballo de cartón

He leido un pequeño libro, "El caballo de cartón", que me ha encantado.

Algunas historias de la infancia del autor, Abel Hernández, apoyadas en un pequeño diario que escribió en una época de su infancia (años 40), dan vida a un pueblo pequeño y pobre, Sarnago, y a unos personajes entrañables.


Estoy seguro de que gustará a muchos. Desde luego a los que, de un modo u otro, tienen sus raíces, o parte de su infancia, en algún pueblo castellano, aragonés, navarro, riojano, manchego...

Me ha recordado a la escritura de Delibes en algunas obras. Utiliza muchos términos de lo que los expertos llaman "léxico diferencial", que explica en un interesante apéndice al final del libro.

Hay algunos capítulos que me han parecido especialmente interesantes: los comentarios sobre quién es quién, de una foto de sus compañeros de escuela que aparece en el libro, y unos párrafos que describen y comentan el pueblo nevado.

Os animo a leerlo. Merece la pena.

sábado, 12 de junio de 2010

Las viudas de los jueves

Leí "Las viudas de los jueves" hace tres años, al poco de publicarlo. Ahora han hecho una película y ha cambiado también la portada del libro.
La trama se desarrolla en una urbanización de gran lujo, cercana a una gran ciudad, y tiene como protagonistas a varios matrimonios que viven en ella.


No es una novela policíaca, ni de intriga. Es más bien un interesante análisis social y psicológico. Un buen retrato de algunos componentes de esa sociedad, elitista y cerrada, que a base de dar vueltas a sus problemas y querer aparentar un modo de ser, acaba viviendo en otro mundo. Un mundo que se derrumba cuando viene, por ejemplo, una crisis económica como la de "el corralito", que asoló Argentina a finales de los años noventa.

Claudia Piñeiro escribe, lógicamente, con términos y modismos argentinos, que pueden dificultar al principio la lectura a un lector español, pero al que uno se acostumbra rápidamente.

Me gustó la historia y el modo de escribirla.Es un libro que hace pensar.

martes, 1 de junio de 2010

No hay cielo sobre Berlin


Son muchas las novelas que se desarrollan en escenarios de guerra. En esas circunstancias, las reacciones humanas se acentúan, y las vivencias se hacen extremas.


Cuando un escritor quiere escribir historias duras o difíciles, siempre puede hacerlo en el contexto de una guerra que afecte más o menos directamente a los protagonistas. Y en una guerra puede caber todo.


Sin embargo, la imaginación humana tiene un límite, y también en las novelas de guerra los autores pueden pensar que hay cosas que “son demasiado”, y que pueden hacer que el relato sea poco creíble.

Pero cuando se desatan los más bajos instintos humanos, la realidad llega a superar a la imaginación más vil.


Y cuando quien escribe y describe situaciones de guerra no es un autor de ficción, sino alguien que relata sus recuerdos y vivencias personales, entonces no hay límite, no hay hechos que puedan resultar increíbles, porque es la realidad, y entonces se comprueba hasta dónde puede caer el ser humano.


Hay libros que dejan como regalo un profundo sentimiento antibelicista. Este es uno de ellos.


En “No hay cielo sobre Berlín”, la escritora y protagonista Helga Schneider cuenta los meses que pasó siendo niña en la capital alemana, en plena guerra mundial, en una sociedad que se desmoronaba, en una ciudad propia pero hostil que estaba siendo continuamente bombardeada. Rodeada de gente desconocida en un sótano infecto, esperando –cuando acabara esa tragedia– la llegada del ejército ruso precedido de una brutal fama...


Y en medio de este drama, escenas de alegría, de donación, de generosidad, de amor. Parece mentira, pero en todo eso se descubre al ser humano, hombre o mujer, con sus miserias y grandezas.


Me ha parecido un buen libro, que mejora más todavía por ser una historia real.