La historia de Lopepe Lomong es de esas que enganchan y emocionan, tanto por lo increíble que resulta, como por las cualidades humanas que se reflejan en este hombre.
Sudanés, secuestrado por soldados rebeldes cuando tenía 6 años, con todos los niños de su aldea, cuando asistían a Misa. Llevado a unos campos de entrenamiento de niños-soldado, donde muchos morían, sobre todo los pequeños, de inanición o de agotamiento.
En este libro cuenta su historia. Una vida llena de lucha, de "casualidades", de esfuerzo, de tesón y movida por la firme convicción de que Dios le ha ido preparando y cuidando incluso en los momentos más duros.
López Lomong ha sido miembro del equipo olímpico de Estados Unidos.
Habría muchas cosas que decir de este libro, pero la principal es recomendarte que lo leas. No te va a defraudar.
Es de esas historias que terminas con una sonrisa y con ganas de ser mejor.
Este Blog es para recomendar libros que me han gustado. No es un diario, así que puedes poner comentarios en cualquier entrada, opinar, sugerir, preguntar, recomendar... y lo que se te ocurra. MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACIÓN
jueves, 19 de marzo de 2015
lunes, 2 de marzo de 2015
Martes con mi viejo profesor
Un libro impresionante, fuerte, tierno, delicado, profundo.
Una delicia.
Mitch Albom, el autor, tenía un gran recuerdo de su profesor
de sociología de la universidad.
Pasados unos años desde su graduación, se entera de que padece
ELA y que poco a poco se va deteriorando su salud.
Decide ir a verle, recorriendo los más de 1.000 km que
separan sus respectivas ciudades. Esa conversación le impacta tanto que empieza a acudir a su casa todas las semanas, los martes, hasta que fallece unos meses más
tarde.
El libro recoge recuerdos personales de Mitch y la narración
de esos encuentros semanales en los que hablan de la vida, de la muerte, del
amor, del trabajo, de la familia…
Lo que podría parecer una especie de drama hospitalario, es
en realidad un libro lleno de fuerza y de vida. Una de esas historias que
muchos desearían haber leído antes, para aprender a afrontar un poco mejor los
verdaderos problemas de la existencia humana.
El viejo profesor se llamaba Morrie Schwartz y es de esas
personas que dejan huella, profunda huella.
Me parece un libro muy recomendable.
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