Esto me ha hecho pensar en que a veces, además del momento adecuado, algunos libros necesitan una "clave" para que gusten.
Hace un tiempo cayó en mis manos "La mujer de Andros" de Thornton Wilder.

Es una novela breve, que leí con gusto. A los pocos días me preguntó alguien si me había gustado, y no supe responder. Lo cierto es que no sabía si me había gustado o no. Simplemente la leí y me pareció que tenía interés.
Poco después, hablaba con un amigo que acababa de leerla y le había encantado. Como su opinión me merece respeto, le pregunté por qué le había gustado. Me dijo más o menos:
"Fíjate cómo en pocos trazos, te mete en un mundo absolutamente distinto del actual, en el que inmediatamente te sientes cómodo y entiendes las reacciones de los personajes. No le hacen falta grandes descripciones. Eso sólo lo hacen los buenos escritores".
Tenía razón. Me había dado una clave. Sólo entonces me di cuenta de que sí me había gustado el libro.