El título, Chowringhee, no me decía nada, y el
autor tampoco. Me interesó que fuera un autor
indio hablando de la India,
me gustaron las críticas que aparecían en la solapa –siempre son positivas,
lógicamente–, pero el hecho de que fueran de Vikram Seth, de Vikas Swarup y de
Javier Moro le daban más credibilidad.
En el breve resumen de la contraportada me enteré de que era
una novela en la que se entremezclan
historias y que en buena parte se desarrolla en un hotel. Con esto ya
siguió ganando puntos mi interés y empecé a leerla.
No me ha defraudado. Fue escrita en 1962 por Sankar (pseudónimo del escritor Mani Shankar
Mukherji), refleja una India actual, no exactamente de hoy, pero no importa, las historias son muy universales.
Historias de pobreza y de riqueza, de amor, de engaños, de supervivencia, de fidelidad…
quizá nada especial, pero están vistas a través de los ojos de un chico joven
que empieza a trabajar en el Hotel Shahjaban, el más lujoso y antiguo de
Calcuta. Y son unos ojos que sorprenden
por su pureza e ingenuidad, de modo que hasta las historias que podrían ser
truculentas se vuelven conmovedoras y son narradas con una naturalidad llena de
respeto hacia la diversidad y la vida de cada persona… y si algo hay en la India son personas y
diversidad.
Me ha gustado y he disfrutado leyéndola, aunque por el tamaño del libro y por el tema un poco "especializado" se la
recomendaría sobre todo a lectores que tengan ya una cierta cultura literaria.