Cerca ya de la Navidad, os traigo una poesía que me parece profunda y preciosa.
Yo me sigo emocionando cuando la leo.
Leela despacio... Estás en el portal de Belén...Era en Belén y era Noche, buena la noche.
Apenas ni la puerta crujió cuando entrara.
Era una mujer seca, harapienta y oscura
con la frente de arrugas y la espalda curvada.
Venía sucia de barro, de polvo de caminos.
La iluminó la luna y no tenía sombra.
Tembló María al verla; la mula no, ni el buey
rumiando paja y heno igual que si tal cosa.
Tenía los cabellos largos color ceniza,
color de mucho tiempo, color de viento antiguo;
en sus ojos se abría la primera mirada
y cada paso era tan lento como un siglo.
Temió María al verla acercarse a la cuna.
En sus manos de tierra, ¡oh Dios!, ¿qué llevaría?...
Se dobló sobre el Niño, lloró infinitamente
y le ofreció la cosa que llevaba escondida.
La Virgen asombrada, la vio al fin levantarse.
¡Era una mujer bella, esbelta y luminosa!
El Niño la miraba. También la mula. El buey
mirábala y rumiaba igual que si tal cosa.
Era en Belén y era Noche buena la noche.
Apenas ni la puerta crujió cuando se iba.
María al conocerla gritó y la llamó ¡Madre!
Eva miró a la Virgen y la llamó ¡Bendita!
¡Qué clamor, qué alborozo por la piedra y la estrella!
Afuera aún era pura, dura la nieve fría.
Dentro, al fin, Dios dormido, sonreía teniendo
entre sus dedos niños, la manzana mordida.
(Villancico Teológico, de Antonio Murciano, 1929).
2 comentarios:
Feliz Navidad Thomas, durante años una amiga y yo hemos recopilado historias, cuentos, lecturas, tradiciones sobre la Navidad, no conocía esta poesía, gracias por compartirla.
Un abrazo ;-)
El Guisante Verde Project
¡que precioso poema! ¡no lo conocía! y que bien explica el significado de el nacimiento de nuestro redentor.
¡Gracias Thomas! espero que hayas pasado una muy feliz navidad, y que Cristo encontrara en tu corazón un pesebre para nacer de nuevo.
Un abrazo,
Ale.
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