Piotr Bednarsky fue deportado por Stalin desde Polonia a Siberia siendo niño. Este libro es el relato recordado de esos años de infancia, con pinceladas e historias de protagonistas normales en situaciones extremas.
La dureza del clima acompaña la dureza de la situación que describe. No están en un campo de concentración ni de exterminio. Los llevaron a vivir allí, en una aldea del fin del mundo, deportados y vigilados, en un lugar que se parece más al infierno que a la tierra.
Me gusta leer libros de las personas que han sobrevivido a esas circunstancias, porque tienen mucho que decir, y tienen mucho que enseñar.
"Las nieves azules" aporta además sensibilidad y sentimiento, casi poesía, que es capaz de volver azul un mundo gris.
Hay que empezar a leer y dejarse llevar. Escuchar a Piotr (el pequeño Pietia) que va contando con sencillez cosas durísimas: historias que hacen atisbar la simplicidad de las relaciones humanas, despojadas de lo superfluo, que pueden hacer convivir lo bello con lo trágico y alcanzar profundidades insospechadas.
Me ha parecido un libro magnífico. Digno de ser leído.
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