Hay tantas cosas para leer, y tan poco tiempo, que es necesario elegir.
Cuando empecé a leer en serio me planteé qué tipo de libros me interesaban. Fue una mezcla de racionalidad, interés y practicismo.
A lo largo de los años he ido incorporando "tipos de libros" que me interesan, pero al principio pensé que era mejor optar por libros no muy gordos, para poder leer más. Y vi que
me interesaban tres temas (amplios). Voy a hablar del
primero:
Yo conocía a mucha gente, cientos de personas de muy variada edad y condición con las que había hablado personalmente y de las que sabía su vida, su historia, opiniones, modos de pensar y enfocar los asuntos... Eran amigos, compañeros de trabajo y de diversión, alumnos de diversas edades, padres de alumnos, familias enteras... , pero veía que aún siendo privilegiado por esa realidad, había un amplio espectro de gente del que no sabía prácticamente nada. Por eso me interesé por libros de escritores actuales, que escribieran historias reales, para poder - a través de ellas - conocer lo que pensaban esas gentes a las que yo no tenía acceso habitualmente, para saber de otras realidades tan reales como la mía, cercana pero a la vez casi inaccesible, meterme en la piel de otras personas a las que seguramente nunca llegaré a tratar con cercanía personal.
Un ejemplo para explicarme: ¿Qué sabía yo de los okupas de la casa del barrio?, ¿o de las personas que viven en un pueblo pequeño, o en chabolas? ¿Cómo plantean su vida las personas que tienen a su cargo parientes ancianos, o hijos impedidos y no disponen de medios económicos? ¿Qué piensan los adolescentes de colegios e institutos? O qué sé de los inmigrantes, o qué problemas encuentran las personas que tienen una sensibilidad especial: músical o artística.
Pensé que cuando una novela se vende mucho, y trata directamente o de refilón alguno de estos temas, es que el autor ha acertado a reflejar bien una realidad y hay mucha gente que de algún modo se siente identificada con lo que lee.
De ahí empezaron a surgir algunos libros interesantes y novelas juveniles francamente aprovechables.
Veo esos libros como una ventana para conocer a más gente, para saber de su vida y de su modo de pensar y actuar. Desde luego que no sustituye a la relación personal, pero ayuda en esas relaciones y me parece muy enriquecedor. Algunos ejemplos:
Carmen Martín Gaite (
Los Parentescos, La Reina de las nieves). Inma Monsó
(
Todo un carácter) Antonio Martínez (
Soy Julia). Gonzalo Moure (
El síndrome de Mozart). Philip Roth (
Patrimonio). y muchos otros.