Los desorientados

Beirut es para mí un nombre casi mítico. Siempre me ha atraído.
Y El Líbano… desde su situación geográfica hasta su bandera hacen de él un punto de referencia con mucho atractivo. Pueden decirse muchas cosas del Líbano y de los libaneses:
Un país enigmático, único en múltiples aspectos, que ha pasado de la admiración mundial a ser escenario continuo de guerras a todos los niveles.
Crisol de culturas, lenguas y religiones asociadas estrechamente a la política.
Laboratorio de relaciones humanas, sociales, religiosas y culturales.
Cruce y choque de Oriente y Occidente.
Punto de partida de una hégira internacional.
Un país heredero de los antiguos fenicios, cuyos habitantes han sabido situarse bien en muchas partes del mundo.

Amin Maalouf, conoce bien el país, su historia y sus gentes. Él mismo es de allí.
En su último libro, “Los desorientados” recoge con acierto y sin apasionamiento algunos de los modos de pensar y actuar que han generado la situación social actual.

Es la historia de una pandilla de amigos árabes, judíos y cristianos, que en los años 70 eran poco más que adolescentes, a los que la vida separa y dispersa por el mundo. Unos cuantos chicos y chicas que, treinta años después, con motivo de la muerte de uno de ellos, vuelven a juntarse en Beirut.
¿Qué pensaban entonces?, ¿por qué se fueron o se quedaron?, ¿qué piensan ahora?.…

Me ha parecido un buen libro, con un título muy apropiado.
Pienso que hay que leerlo sin prejuicios, pero a la vez con ideas propias, pues no llega a conclusiones concretas.
Es un ejercicio de comprensión, respeto y defensa de la identidad de cada uno.

Para mi gusto adolece de un cierto relativismo y eclecticismo en algunas cuestiones morales, pero pienso que el autor aporta una cierta justificación en las reflexiones de alguno de los protagonistas.